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Ciencia

Los países ricos han aplicado casi la mitad de las VACUNAS ANTICOVID DE TODO EL MUNDO

Hasta este sábado las vacunas contra la covid-19 aplicadas superaban los 201 millones en todo el mundo.

El planeta entero continúa la lucha para frenar la pandemia del coronavirus apalancándose de los planes de vacunación y en búsqueda de lograr una inmunización colectiva, que puede tardar más de un año debido al reto de producción masiva de vacunas y su distribución en todos los países.

Según los reportes oficiales, hasta este sábado habían sido administradas en 107 países y territorios un total de 201.042.149 de dosis de las diferentes vacunas desarrolladas, una cifra baja respecto al total de la población mundial, pero esperanzadora en los esfuerzos de reducir los impactos de la enfermedad.

Lo preocupante es que de este total de dosis aplicadas, el 45 % se concentra en siete países (Estados Unidos, Canadá, Francia, Reino Unido, Alemania, Italia y Japón), pese a que solo albergan a un 10% de la población mundial. Esto, teniendo en cuenta que Rusia y China, que comenzaron rápidamente sus planes de vacunación con biológicos propios, no entregan cifras oficiales desde hace casi dos semanas.

Los países del G7 anunciaron el viernes su compromiso en favor de una mejor repartición con los países pobres, al duplicar su apoyo a la vacunación contra el coronavirus, que llegará a US$ 7.500 millones, en especial a través del programa Covax, gestionado por la Organización Mundial de la Salud (OMS), que busca hacer llegar suficientes dosis de vacunas a las naciones con menos recursos.

Pero en este momento, nueve de cada diez vacunas se inyectan en países con recursos altos o medios-altos, según la clasificación del Banco Mundial, y casi la mitad (45%) en los del G7. En cambio en los 29 países de “débil” ingreso, solamente Guinea y Ruanda han empezado a vacunar. Unas 1.840 millones de personas, casi un cuarto de la población mundial, viven en países que aún no vacunan.

Estados Unidos, Canadá y los países europeos representan más de 68 millones de los 110 millones de contagios en el mundo. En número de decesos, Estados Unidos supera los 495.000, muy por delante del segundo país en la lista, Brasil (más de 244.000 muertos). Europa suma más de 825.000 decesos, seguida de América Latina y el Caribe, con más de 655.000.

“Ningún país estará a salvo hasta que todos lo estén”, advirtió esta semana la Organización de los Estados Americanos (OEA) en una resolución aprobada por aclamación por su Consejo Permanente, que reúne a los 34 miembros activos del organismo. La iniciativa, presentada por los países de la Comunidad del Caribe (Caricom), y copatrocinada entre otros por Argentina, México, Nicaragua, Panamá y Uruguay, destaca que vencer de forma “sostenible” al virus en todo el planeta dependerá “de la disponibilidad y la distribución de vacunas para todos”.

Y es que las advertencias por este acaparamiento de vacunas por parte de los países más ricos ya ha encendido las alarmas de los organismos internacionales más importantes como la ONU.

El secretario general del organismo, António Guterres, alegó en los últimos días que más de 130 países no han recibido una sola dosis de las vacunas contra el coronavirus y, en cambio, el 75 % de las inmunizaciones aplicadas hasta el momento se ha concentrado en tan solo 10 naciones.

En el marco de una sesión del Consejo de Seguridad de la ONU, Guterres dijo que

“en este momento crítico, la mayor prueba moral que encara la comunidad global es la equidad en la distribución de vacunas. Debemos asegurarnos de que todo el mundo, en todas partes, pueda vacunarse lo antes posible”.

En ese mismo sentido se pronunció la Organización Mundial de la Salud (OMS), que había señalado hace algunos días que tenía preocupación por la acumulación de vacunas en algunos países o regiones como la Unión Europea, haciendo un llamado a las autoridades para que repartan con mayor equidad los biológicos, antes de que más mutaciones del virus aparezcan y reduzcan la efectividad de los planes de vacunación.

“Algunos países ya han inmunizado a grandes proporciones de su población que tienen un menor riesgo de enfermedad grave o muerte. Todos los gobiernos tienen la obligación de proteger a su propia población. Pero una vez que han vacunado a sus propios trabajadores sanitarios y a las personas mayores, la mejor manera de proteger al resto de su población es compartir las vacunas para que otros países puedan hacer lo mismo”, manifestó el director de la organización, Tedros Adhanom Ghebreyesus.

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