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Rafael Santos Borré cómo se convirtió en un goleador implacable

El delantero colombiano fue el héroe en la consagración del Frankfurt alemán ante el Rangers de Escocia en la final de la Europa League.

Rafael Santos Borré

Rafael Santos Borré se adueñó de las principales portadas deportivas del mundo. Y no es para menos, ya que el delantero de 25 años fue el actor principal de la consagración del Eintracht Frankfurt de Alemania en la Europa League. El futbolista colombiano convirtió el tanto del empate ante Rangers de Escocia y luego el gol definitorio en la serie de los penales que le brindó el título al elenco germano tras 42 años de sequía internacional.

El presente de Rafa es un fiel reflejo de cómo la lucha y constancia rinden sus frutos. Aun en la adversidad porque cuando todo parecía desmoronarse, tras su fallido y doloroso primer paso por el fútbol europeo, el futbolista se aferró a sus afectos para encontrar el lugar que merecía. Y un eslabón principal de su entorno es sin dudas su esposa, Ana Caicedo, quien poco tiempo atrás dio detalles de la metamorfosis que encontró Santos Borré en River Plate.

Por supuesto, en materia deportiva, el rol de Marcelo Gallardo fue fundamental para convertirse en un goleador implacable y el máximo artillero en la era del Muñeco. Así pudo tomarse la ansiada revancha futbolística en Europa. A continuación, los secretos del éxito de Rafael Santos Borré contados por su entorno más cercano.

En agosto de 2017, la secretaría técnica y Marcelo Gallardo metieron un pleno con la contratación de un futbolista que, hasta ese momento, era un “desconocido” para la mayoría de los simpatizantes del fútbol argentino. River Plate apostó por la llegada de un joven colombiano llamado Rafael Santos Borré. El punta, que por ese entonces tenía 21 años, venía de no tener lugar en Atlético Madrid y casi nula participación cuando estuvo cedido en Villarreal.

Rafael Santos Borré

Con el correr del tiempo -y en base a sacrificio y a distintos trabajos extras-, el surgido de la cantera del Deportivo Cali se convirtió en uno de los mejores delanteros de Sudamérica. Ana Caicedo, periodista y esposa del deportista, develó los secretos del éxito del goleador millonario.

Su primer Superclásico oficial contra Boca (el 5 de noviembre de 2017) fue un antes y un después en su carrera. Si bien el punta mostraba cosas interesantes en ofensiva, debido a las chances de gol desperdiciadas en cada juego no lograba adueñarse del puesto. Ese día River cayó por 2 a 1 en el Monumental debido a los tantos de Edwin Cardona y Nahitan Nández. “En ese momento no era indiscutido; todo lo contrario, era súper discutido”, rememoró con una sonrisa.

Esa derrota -y las críticas- hicieron un click en la cabeza de Rafael, quien decidió aceptar un consejo que desde hacía un tiempo le intentaba inculcar Caicedo. “Siempre he sido de buscar ayuda cuando siento que no puedo lograr algo sola. Por ejemplo, en el colegio era muy mala en matemáticas y mis padres siempre me motivaron a buscar ayuda, buscar un tutor. Y eso lo traslado a mi vida profesional. Cuando llegamos a River varias personas me recomendaron un lugar para que él fuera entrenar la habilidad mental. Yo le decía, pero no me daba bola. Después del primer clásico, mi papá, que estaba acá en Buenos Aires, le dijo: ‘A mí no me importa lo que pienses, pero vamos a este lugar. Cuando vio lo favorable que es como jugador darse esa hora de más para él, entendió que eso le sumaba, que le iba a ayudar para ser mejor jugador. Luego, con el tiempo, buscamos a un coach deportivo, porque acá la presión era muy dura”, explicó.

Con su coach hace trabajos mentales, lo que lo fortalece. Las personas tenemos cosas guardadas desde pequeños, y él lo puede trabajar y canalizar de una forma distinta para mejorar su rendimiento en la cancha. Él viene para determinados partidos, pero se mantienen hablando durante la temporada”, añadió la joven.

El Máquina es una especie de “perfeccionista”, y al ver los réditos que le daban estos trabajos extras dentro de la cancha optó por implementar otro de los consejos de su compañera de vida. Fue el nexo para contratar a Jaime Pabón, quien fuera el entrenador de definición de Mohamed Salah, la gran figura del Liverpool. “El tema de la definición era algo que le exigían en River. Me contacté con él para que lo ayudara. Comenzaron a trabajar en el invierno de Buenos Aires en 2018, para la época del Mundial de Rusia”, recordó.

Algunos detalles del trabajo que hizo junto a Rafa: “Yo ya lo conocía desde que salió de Deportivo Cali. Creía que tenía muchas condiciones y me puse a analizar lo que podía mejorar. Afortunadamente el trabajo dio sus frutos y las cosas salieron bien. Se armó un proyecto individual con objetivos a corto, mediano y largo plazo. Él intuye hacia dónde va el balón, pero no sólo hay que ayudarlo a que haga un buen movimiento, sino a que también tenga buena toma de decisiones. Como cuándo dar un pase y cuándo rematar al arco. Con el entrenamiento y el hecho de fortalecer estos conceptos, él adquirió más seguridad y confianza”.

Rafael Santos Borré

El delantero colombiano logró revertir su imagen por completo, al punto de convertirse en el goleador de la Superliga de ese año y transformarse, además, en el máximo artillero del ciclo Marcelo Gallardo.

Un claro ejemplo del trabajo a conciencia que realizó Borré para estar a punto para el reinicio de la temporada y no perder el ritmo pese al extenso parate provocado por el coronavirus fue lo que hizo mientras realizó la cuarentena en Colombia. Contrató los servicios de Soccer Personal Training, un centro de perfeccionamiento que tiene bajo su tutela a jugadores como A Duvan Zapata (Atalanta), Jaison Murillo (Celta de Vigo), Carlos Bacca (Villarreal) y John Janer Lucumí (Genk).

Junto a sus coterráneos Sebastián Rincón y Andrés Roa, ejercitó bajo las órdenes de Santiago Franco, quien le explicó a este medio que “el enfoque que realizamos en este momento con Rafael es preventivo, orientado a la prevención de lesiones. Nosotros buscamos mejorar sus condiciones y capacidades, como en la velocidad, potencia, resistencia, en el trabajo de fuerza; pero primordialmente en la prevención de lesiones”.

Él quiere ser mejor día a día. Esos minutos que se regala quedándose de más para mejorar, haciendo más pasadas, o pateando más lanzamientos, o quedándose en el gimnasio, a la larga sirve. Siempre con cuidado y guiado por el club. Lo otro que hace es creer mucho en Dios. Le dedicamos tiempo a misa, a orar, a entregarle nuestras vidas a Dios, a la Virgen y a los angelitos”, esbozó Caicedo, quien en ese entonces estaba próxima a dar a luz a Guadalupe, la primera hija de la pareja, y quien hoy tiene 1 años y siete meses.

Su esposa también recalcó que Rafa es aplicado también a la hora de las comidas. Afirmó que no le gustan los fritos y que come carbohidratos, pero “los que puede”. Por ejemplo, mientras estuvo en su país natal en la cuarentena, recurrió a la ayuda de una nutricionista. “Le gusta estar ligero porque le gusta correr y ser más rápido que los centrales rivales. Lo hace porque no le gusta tener ni un kilo de más”, comentó.

Otro de los factores determinantes para este gran presente del delantero fue el fuerte vínculo que formó con su entrenador desde el primer día. “Cuando lo llamó para ir a River, Marcelo le dijo que lo había visto jugar, que le gustaba su juego y que quería contar con él. Rafa venía de un año donde el técnico no lo ponía. Aprendió que la próxima vez que se mueva sea porque el técnico lo quiere, no por un negocio entre presidentes, por así decirlo. Él sabía que no iba para ser titular, ni siquiera lo fue en el primer año, pero sabía que le iban a dar una oportunidad, que era lo que él quería”, detalló.

“Gallardo es un entrenador que con Rafa siempre dice lo que siente. Si ve que falla en algo, se lo transmite, o si tiene que mejorar, lo mismo”, explicó. Y luego, añadió: “El grupo siempre está respaldando y transmitiendo tranquilidad. Eso es muy lindo. En River encontró seres humanos increíbles, que siempre le dieron la mano en sus momentos duros”.

Aunque hoy el presente le sonríe al oriundo de Barranquilla, hubo un momento en que pensó seriamente largar todo y ponerle punto final a su carrera. “Cuando le dijeron que no lo querían tener más, él estaba a préstamo por un año en Villarreal. Llegó a casa cabizbajo, y llorando. Él siempre es el fuerte y me daba fuerza para aguantar, verlo quebrado me fue muy impactante. Si yo le decía de volver a Colombia por ahí podíamos cometer un error. Entonces le recordé todo el sacrificio que había pasado para llegar a Europa. De chico tuvo que abandonar a su familia. No había que tirar todo a la basura por pensar que las cosas no estaban saliendo. Le dije que confiara en Dios, que si estaba ahí era por algo. Fue un momento tan duro que nos fortalece como personas, como parejas, y llegamos más sólidos a Buenos Aires. No fue fácil, pero todo era diferente. Sabíamos que el técnico le quería dar una oportunidad”, rememoró.

Me dijo ‘me quiero retirar’, pero no llegó a decirme qué otra cosa podía hacer. Yo no lo dejé. Le dije que cómo pensaba eso. Le dije que tiene talento, que es aplicado, muy consciente de lo que puede hacer, que no tirara eso a la basura. Nos quedamos, sabiendo que no iba a tener minutos. Sumó pocos partidos, pero hizo cuatro goles, y esos cuatro goles eran vida para él”, agregó. Lo que pasó después ya es historia conocida.

Otras frases destacadas:

La maternidad:

“Ha sido un embarazo muy lindo, a pesar de la pandemia. Pude compartir todos estos meses al lado de Rafa, al no tener tantos partidos, ya que River siempre va por todo. Esa tranquilidad me ayudó. Al principio tuve nauseas, pero al tercer mes todo cambió y comencé a estar activa. También me llegaron ofertas de trabajo. Estamos muy contentos”.

“Supimos que será una niña estando en cuarentena. Siempre fuimos muy creyentes y nos gustó el nombre Guadalupe. Cuando lo supimos, Rafa pateó un balón y al ver que salió el color rosa, rápidamente gritó Guadalupe”.

Cómo se conocieron:

“Fue muy curioso, una casualidad. Demuestra que estábamos destinados a conocernos. Él estaba en la Reserva de Deportivo Cali y yo estaba en el colegio, orientado en periodismo. Siempre supe que quería hacer eso. En esa materia estaba con una amiga muy hincha de América, y decidimos hacer un cara a cara con los entrenadores. Cuando fuimos a ver a Leonel Álvarez nos pasó una particularidad. Él no lleva el celular, y no lo encontrábamos. Nos cruzamos con Rafael. Yo no lo conocía, y le pedimos ayuda. Me pareció lindo, pero quedó ahí. A las semanas un amigo en común nos puso en contacto y empezamos a hablar por Twitter. Las vacaciones nos coincidieron y empezamos a vernos. Así comenzó todo”.

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