El Gobierno austríaco anunció este jueves que a partir del 1 de julio ya no será obligatorio el uso de mascarillas y se eliminarán las restricciones de aforo en grandes eventos culturales y deportivos, siempre que en la entrada se demuestre estar vacunado, haber superado la enfermedad de COVID-19 o presentar un test PCR negativo de coronavirus.
Esta fue de las medidas anunciadas en conferencia de prensa por el jefe de Gobierno, el conservador Sebastian Kurz, y que incluye también la finalización del cierre obligatorio a la medianoche, lo que significa que discotecas y otros locales de ocio nocturno pueden reabrir.
Los clubes nocturnos tendrán, sin embargo, ciertas limitaciones de aforo hasta el 22 de julio, cuando se levantarán definitivamente si la situación epidemiológica no empeora.
Los grandes eventos privados, como festejos por casamientos, volverán a poder celebrarse, aunque también se exigirá que los asistentes demuestren estar vacunados, curados o se hayan sometido recientemente a una prueba de antígenos o una PCR con resultado negativo.
El Gobierno justificó estas medidas en que los datos epidemiológicos son mejores de lo esperado, con una incidencia a siete días que ronda los 15 contagios por 100.000.
El uso obligatorio de las mascarillas también se relaja y ya no será obligatorio llevar una FFP2, salvo cuando se acceda a hospitales y geriátricos.
También se elimina la obligación de llevar tapabocas cuando no se está sentado en bares o restaurantes, incluso en espacios cerrados.
En tiendas y en el transporte público bastará portar cualquier tipo de mascarilla que cubra la nariz y la boca, en lugar de la FFP2 hasta ahora obligatoria.
(Con información de EFE)
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