«Mi cuerpo se está desintegrando», habla el preso que sería ejecutado con nitrógeno en EE. UU.

Kenneth Eugene Smith, condenado a muerte en Alabama, enfrenta una ejecución inédita utilizando gas nitrógeno, un método nunca antes utilizado en Estados Unidos.

La primera vez que se intentó ejecutar a Smith con una mezcla letal de sustancias químicas, fracasaron al no poder encontrar una vena adecuada. Ahora, se planea asfixiarlo colocándole una máscara hermética y haciéndolo inhalar nitrógeno puro. El Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos ha alertado que este método podría constituir tortura o tratos crueles.

Smith, condenado por el asesinato de la esposa de un predicador en 1988, ha pedido que se detenga la ejecución, alegando problemas de salud y describiendo la situación como tortura. «Mi cuerpo se está desintegrando, no dejo de perder peso», dijo Smith en respuesta escrita a preguntas formuladas por la BBC a través de un intermediario, y agregó que sufre náuseas constantes y ataques de pánico.

Expertos médicos advierten sobre los riesgos de este método, señalando la posibilidad de convulsiones violentas y fugas de gas que podrían afectar a otras personas presentes en la sala de ejecución.

🇺🇸 La segunda cita de Kenneth Eugene Smith con la muerte, tras haber sido acusado del asesinato de una mujer en los ochenta, se rodea de incertidumbre. Sus verdugos de Alabama probarán un nuevo método de ajusticiamiento: asfixia con gas

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La gobernadora de Alabama, Kay Ivey, que tiene la autoridad para detener las ejecuciones judiciales, ha declinado hacer comentarios sobre las advertencias de los expertos y las acusaciones contra el estado. La Fiscalía General calificó las preocupaciones de la ONU de «tan infundadas como las de Smith» y afirmó que tienen la intención de proceder a su ejecución el 25 de enero.

Smith fue condenado por el asesinato de Elizabeth Sennett en 1988. En 1996, un jurado recomendó cadena perpetua sin libertad condicional, pero el juez rechazó la recomendación y lo condenó a muerte.

Alabama tiene una de las tasas de ejecución per cápita más altas en Estados Unidos y actualmente cuenta con 165 personas en el corredor de la muerte. Este caso destaca las tensiones éticas y los riesgos asociados con métodos de ejecución poco convencionales, planteando preguntas sobre la humanidad y la constitucionalidad de la pena de muerte en el país./Con información de agencias.