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Deportes

Ex arquera de las ‘Tiburonas’ cruzó la selva del Darién por sueño americano

La venezolana Franyely Rodríguez hizo la peligrosa travesía. “No ha sido fácil”, dijo en la frontera mexicana, donde espera que le resuelvan su situación.

Su carácter férreo, su convicción y fe solo se doblega cuando le dicen que le envíe un mensaje a su mamá. Ahí se le extravían las palabras, se le entrecorta la voz y le brotan lágrimas a Franyely Sarahí Rodríguez Itanare.  

“Que acá está tu hija luchando… no tengo palabras pa’ eso”, es lo único que alcanza a decir en su diálogo con el periodista de Impacto Visión, el canal de Youtube que dio a conocer el drama de esta futbolista de 25 años de edad que pasó por Junior, América, Bucaramanga y Deportivo Cali.

La cancerbera, que integró la selección de Venezuela en diversas oportunidades y disputó dos mundiales (el Sub-17 Costa Rica-2014 y el Sub-20 Nueva Guinea-2016), entre otros eventos de gran importancia, cruzó la selva del Darién para posteriormente acceder a Estados Unidos y cumplir el llamado sueño americano.

“No ha sido fácil, hemos sido perseguidos, robados…”, expresó Franyely con notoria tristeza, pero sin perder la esperanza.

“Todos somos humanos, con sueños y metas, para que nos traten como nos tratan. No es justo que por culpa de otros dañen a los que realmente quieren hacer el bien”, agrega.

Franyely Rodríguez en la Estación Temporal de Recepción Migratoria, en zona fronteriza de México y Estados Unidos.

Las declaraciones las entregó hace un mes a Impacto Visión, un medio que ejerce seguimiento al “sufrimiento y la angustia que viven los migrantes día a día en la frontera del norte de México que colinda con el sur de Texas”, según señala su reseña en Youtube.

A través de esa plataforma multimedia, Impacto Visión muestra videos y entrevistas con historias similares a las de Franyely, quien pasó por las ‘Tiburonas’ de Junior durante el 2020.  

La guardameta, que también jugó en Paraguay, Brasil y España, terminó subcampeona de la Liga Femenina de Colombia como arquera del Deportivo Cali, apenas el año pasado.

Por su buena trayectoria deportiva, extraña un poco la situación que está viviendo. En su testimonio explica que el 4 de mayo pasado terminó su larga y peligrosa travesía, que ya ha cobrado la vida de al menos 258 personas desde 2018.

El año pasado quedó subcampeona con el Deportivo Cali.

En el Darién, que une a Colombia y Panamá, comienza la ruta migratoria irregular que conduce hacia el sueño americano. Después de superar los peligros de la selva, animales, condiciones climáticas, terrenos complejos, enfermedades y grupos delincuenciales, entre otros obstáculos atroces, hay que pasar por lo menos por cinco países: Costa Rica, Nicaragua, Honduras, Guatemala y México.

Franyely ya dejó atrás todas esas estaciones y se encuentra en una zona de refugiados en la ribera mexicana del río Bravo, a la espera de una aprobación de su ingreso legal al país del norte.

“A pesar de que yo ya estuve en Estados Unidos, tengo mi visa, aunque está vencida, y soy una deportista élite, no les bastó con eso, pero bueno, siempre he dicho que allá arriba está un Dios y mi fe está puesta en Él. Siempre me levanto agradeciéndole a Dios a pesar de estas circunstancias en las que estoy viviendo. Cada día despierto, muchas personas no despiertan, aquí estoy, viviendo. Estoy con personas buenas que nos rodeamos y nos cuidamos el uno al otro. Aquí sigo esperando mi cita. Llega un momento que la fe se le va a uno, del desespero, de tanto tiempo acá, ya llevo un mes y 10 días. Aquí estoy esperando. Dios tiene que tener un propósito con cada uno de nosotros”, comentó la deportista.

Franyely Rodríguez tras firmar su contrato y ser presentada como arquera de Junior en 2020.

En la Estación Temporal de Recepción Migratoria, asistida por la Agencia de la ONU para los Refugiados, Franyely mantiene la luz de la esperanza encendida.

“Me toca seguir esperando, como todos. Cruzar para que luego te deporten, no vale la pena. Así no vale el esfuerzo que se hace. Toca esperar el tiempo que sea necesario”, dice resignada, pero optimista.

“Yo sé que es difícil, pero para Dios nada es imposible. Hay que mantener la calma, no importa la situación, siempre hay personas que están peor que nosotros, hay que seguir creyendo en Dios”, concluyó la ex jugadora del Junior femenino antes de que le preguntaran por su mamá y aflorara el llanto.

La guardameta venezolana durante su paso por Junior de Barranquilla.

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