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Argentina va a las urnas en medio de la crisis económica

Javier Milei, Sergio Massa y Patricia Bullrich han hecho campaña en medio de una debacle económica sin precedentes para el país. Se la juegan por llegar a la Casa Rosada este domingo.

Bajo el gris panorama consecuencia de un peso que se desploma en picada ante los ojos de toda la región, este domingo Argentina se da cita en las urnas para la primera vuelta presidencial, que aunque enfrenta a cinco candidatos en la disputa por llegar a la Casa Rosada, tiene a tres nombres en una lucha que, lejos están de ser políticos tradicionales y se la juegan por lograr la estabilidad de un país conformado por más de 44 millones de habitantes.

El principal candidato en carrera es uno que a sus espaldas carga el hecho de representar la fuerza para la representación de la extrema derecha. Ese es Javier Milei, de La Libertad Avanza, un libertario y polémico ‘outsider’ que comenzó a patear el tablero de ajedrez tradicional en Argentina al no definirse como político, sino como un economista “liberal-libertario”. Con sierra en mano habla de recortar el gobierno, de anarquismo y dolarización, elaborando discursos con un estilo provocador, extrovertido y vehemente, lo que ha sido una de sus banderas desde sus primeras apariciones en televisión, donde –como analista– comenzó a ganar fama.

Por otra parte, portando la bandera del movimiento político del expresidente Mauricio Macri, Juntos por el cambio, aparece Patricia Bullrich, exministra de Seguridad que ganó su derecho a la candidatura tras superar a Horacio Rodríguez Larreta, político de carrera y actual Jefe de Gobierno de la ciudad Autónoma de Buenos Aires, en las elecciones Primarias llevadas a cabo en agosto de este año. Entre sus propuestas, la mujer asegura que construirá una cárcel de máxima seguridad en zona aislada y, contrario a Milei, no optaría por la dolarización sino por el bimonetarismo, es decir, la participación activa de dos monedas (peso argentino y dólar, en este caso), dentro de las transacciones locales.

Por otra parte, portando la bandera del movimiento político del expresidente Mauricio Macri, Juntos por el cambio, aparece Patricia Bullrich, exministra de Seguridad que ganó su derecho a la candidatura tras superar a Horacio Rodríguez Larreta, político de carrera y actual Jefe de Gobierno de la ciudad Autónoma de Buenos Aires, en las elecciones Primarias llevadas a cabo en agosto de este año. Entre sus propuestas, la mujer asegura que construirá una cárcel de máxima seguridad en zona aislada y, contrario a Milei, no optaría por la dolarización sino por el bimonetarismo, es decir, la participación activa de dos monedas (peso argentino y dólar, en este caso), dentro de las transacciones locales.

Las miradas sobre Milei

Es importante tener en cuenta que las Primarias del mes de agosto provocaron una implosión en La Grieta, una dinámica política que combina las dos corrientes de pensamiento político que han gobernado al país en las últimas décadas: el kirchnerismo y el macrismo. La aparición de Javier Milei impactó de lleno en las zonas en las que los movimientos políticos tradicionales argentinos dejaron de percibir un poder en mayor supremacía, en comparación con Buenos Aires y sus alrededores. Tanto así, que su resultado hoy lo convierte en el principal favorito para llegar a la presidencia de Argentina. Para Laura Mateus, internacionalista con énfasis en asuntos políticos, el candidato de la extrema derecha podría verse beneficiado con votos de indecisión y también de castigo.

“Si Milei termina como vencedor de estas elecciones, Argentina tendría un punto de inflexión  con una nueva ultraderecha liderada por un personaje impredecible, con polémicas ideas como la dolarización y fin del Estado. Esto traería bastantes implicaciones, especialmente teniendo en cuenta el frágil panorama del país, donde tenemos una crisis económica caracterizada por la inflación y aumento de pobreza, como también donde hay un fuerte separatismo político”, expone.

Desde su perspectiva, Lucrecia Ruiz, analista política de Directorio Legislativo en Buenos Aires, considera que para el candidato ha sido clave la comprensión de las demandas de una sociedad en constante conflicto con la representación otorgada por los principales partidos políticos. 

“Acá el tema económico es clave. Argentina viene de una crisis de años, acelerada en el último tiempo con una inflación interanual del 138%, de la mano de una caída del poder adquisitivo de los argentinos”, expone. “Ante esta situación, ninguno de los principales partidos políticos de la actualidad, el peronismo bajo el Frente de Todos o la oposición con Juntos por el Cambio, pudo frenar esta situación, por el contrario, durante ambos gobiernos la misma se agravó. En este contexto, ante partidos políticos tradicionales que parecen hacer oído sordo a las demandas de la sociedad, aparece Milei. El candidato se para por fuera de este sistema como un ‘outsider’, se presenta por fuera de lo que él denomina como “la casta política” y a la que reconoce como culpable de la situación económica y de los problemas del país”. 

En ese sentido, para el también argentino José Manuel Rodríguez Torrez, politólogo, analista y profesor universitario, la gente ve en Milei un cambio que puede merecer una oportunidad ante las malas prácticas de quienes han permanecido en el poder durante las últimas décadas.

“La decepción de Mauricio Macri aún está fresca en la memoria colectiva. El presidente llegó en 2015 con enorme expectativa, al ser la única alternancia posible tras 12 años de kirchnerismo, sin embargo, ante la opinión pública su gestión dejó que desear, especialmente en lo económico, aunque sus errores son sumamente discretos si se comparan con el descalabro actual. Por eso la gente siente que ya les dio la oportunidad a los dos bandos tradicionales, y sin entender mucho el significado de sus propuestas, creen que Milei es alguien con ideas nuevas que merece una chance”, señala.

Incertidumbre internacional con Milei

Ante las voces que ven en Milei un salto al vacío, existe una preocupación en relación con el papel de Argentina en el ámbito internacional, y más todavía en el Mercado Común del Sur (Mercosur), donde Brasil y este país son jugadores y socios principales. En ese sentido, un ascenso al poder de Milei podría suponer tensiones con Lula Da Silva, teniendo en cuenta las diferencias ideológicas.

“Que Milei suba significa un quiebre en la dinámica de Mercosur”, explica Daniel Montoya, analista político argentino y autor del libro Estados Unidos versus China, Argentina en la nueva guerra fría tecnológica. “Esto plantea un interrogante profundo, pues la relación con Brasil entraría en un cono de sombra y más aún cuando la política exterior de Brasil está alineado con una postura más bien distante de Estados Unidos y muy cercana a China, e inclusive, con un vínculo no tan distante de Rusia”.

Por otra parte, el consultor político Gabriel Slavinsky apunta que la región, gane o no Milei, estará en amplia expectativa. “Tenemos mucha experiencia en que la campaña no necesariamente indica el verdadero rumbo que toma un político cuando asume la presidencia, por lo tanto creo que la región estará con su mirada puesta en la Argentina, esperando las primeras señales de quien sea el nuevo líder de la Nación”, señaló.

Peronismo y kitchnerismo, con imagen negativa

Para Slavinsky, Milei ha alimentado su campaña a base de canalizar el generalizado enojo que se ha visto reflejado en la desfavorabilidad del actual presidente Alberto Fernández, cuya imagen negativa llegó a alcanzar máximos de 70 %, de acuerdo con CNN.

“Milei ha conseguido vehiculizar la disconformidad, enojo y hartazgo con la situación actual, la dirigencia tradicional y la falta de resultados prometidos, pero no conseguidos. Es quien transmite que castigará a los políticos e incorporará un nuevo modo de hacer las cosas en el país. Lo que llama mucho la atención sobre todo de jóvenes. Conecta emocionalmente con gran parte de la ciudadanía y los mensajes son simples y contundentes”, señala.

Esto se refuerza con la opinión de Mariano Aguirre,  asesor de la Red Latinoamericana de Seguridad de la Fundación Friedrich Ebert, quien apunta que “hay una percepción social extendida de que tanto la derecha como el peronismo (una fuerza política con diferentes tendencias todas reivindicando el legado del nacionalismo populista de Perón de hace setenta años) le han fallado a la mayoría de los ciudadanos. Argentina es un país muy rico en recursos y con un estado institucionalmente estructurado, en comparación con otros países del Sur. Pero el 40% de la población vive en la pobreza”.

En contraparte, Bullrich apuesta a una doble recuperación, “primero los votantes de Horacio Rodríguez Larreta, con quien confrontó fuertemente en la interna de Juntos por el Cambio y que las encuestas indicaban que emigraban de su espacio político, por lo que el gesto intenta devolver esos votos a la coalición. Por otro lado, apunta a aquellos votantes que no fueron a votar en la primaria con un mensaje de atracción de antikirchnerismo”, dice Slavinsky.

Aun así, para Aguirre, es amplia la posibilidad de que el peronismo no logre imponerse en estas elecciones. “(el peronismo) es un fenómeno muy particular porque otros populismos en América Latina de los años 1940/1950 desaparecieron, pero el peronismo tuvo una capacidad modernizadora, de mejora, y reivindicativa de sectores populares (…)ha habido presidentes peronistas contrarios a los intereses populares (como Carlos Menem) y represivos (como Isabel Perón), pero su visión hacia la gente socialmente excluida sigue presente, por lo que perder las elecciones no será el fin de esta fuerza”.

¿Peronismo y kitchnerismo se acercan a un ocaso?

Para Laura Mateus, el contexto actual no muestra que el kirchnerismo se aproxime a su fin como metodología política, aunque tampoco cuente con el favoritismo de las elecciones anteriores. Sin embargo, se podría abrir una nueva oportunidad para sus banderas ante una eventual victoria de Milei.

“En caso de que Milei sea elegido como presidente, su gobierno junto con sus dificultades, puede ser una ventana de oportunidad para el kirchnerismo el establecerse como oposición, volver a tomar terreno y a largo plazo volver a tener popularidad y apoyo político”, expone.

Aún así, de acuerdo con Lucrecia Ruíz, el contexto actual es reflejo de un descontento generalizado hacia la corriente política como modelo tradicional de gobernanza.

“Es verdad que las elecciones primarias fueron un golpe al movimiento peronista, evidenciado en el triunfo de Milei en sectores de influencia histórica del peronismo, como en el interior del país, por ejemplo. Es decir, hubo un traspaso de votos desde el peronismo a Milei en sectores que históricamente votaban a este movimiento. Esto se reconoce en el peronismo y saben que, lo que solía ser un movimiento visto como asociado a los sectores trabajadores y más vulnerables, terminó afectando justamente a esta población y es ahora visto como un partido alejado de las demandas de la sociedad”, asegura

Teniendo esto en cuenta, y pensando en el futuo, Slavinsky considera que las autocríticas y los liderazgos serán claves en un proceso de resignificación. “Milei si llega al gobierno, contribuirá a esa fragmentación disimulada por las coaliciones electorales pero que sin dudas vive la política Argentina hace por los menos 10 años”.

“Habrá que evaluar el grado de conflictividad social y gremial que el peronismo pueda generarle a Milei (ya que manejan gran parte de los sindicatos y movimientos sociales), pero sin duda seguirán siendo una fuerza política notable en el panorama argentino”, señaló por su parte José Manuel Rodríguez.

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