Pero los dirigentes del régimen chino se andan con cuidado por ahora.
El veto abarca también a cámaras de seguridad provistas por compañías de Beijing y radios bidireccionales ya que significan una “amenaza a la seguridad nacional”.
El secretario de Estado Antony Blinken declaró que se seguirán incrementando las sanciones mientras Teherán continúe acelerando su programa nuclear.