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Colombiano sobrevivió del 11S e inspiró una película

Durante 20 años, Will Jimeno ha repetido la historia de cómo logró ser uno de los sobrevivientes del atentado terrorista del 11 de septiembre de 2001 en el World Trade Center

will jimeno

La primera película sobre los atentados del 11 de septiembre en Estados Unidos fue inspirada en un grupo de agentes portuarios, entre ellos un colombiano nacido en Barranquilla llamado Will Jimeno, que quedó atrapado en los escombros y logró sobrevivir.

Fue la guionista Andrea Berloff y el director Oliver Stone los primeros en contar la historia del grupo de agentes que entraron a las Torres Gemelas cuando aún se creía que el choque de un avión, contra una de ellas, había sido un accidente y no un planeado atentado terrorista que cambiaría la historia del mundo.

Aún 20 años después, Will Jimeno, quien nació en Barranquilla en 1967, cuenta su historia y es reconocido en Estados Unidos como un héroe y sobreviviente de la tragedia. Ha escrito dos libros sobre su experiencia: Amanecer a través de la oscuridad (Sunrise through the darkness) y otro ilustrado titulado ‘Inmigrante, americano, sobreviviente’; además de contar en numerosos documentales lo que sucedió.

“Nunca desaparece para aquellos de nosotros que estuvimos allí ese día”, reconoció Jimeno al diario New York Times. La tragedia está grabada en su cuerpo, pues tiene lesiones en su pierna de las 13 horas que duró entre los restos terrorismo.

will jimeno

Un colombiano en el World Trade Center

Will Jimeno vio la sombra del primer avión que chocó con una de las torres del World Trade Center sobre las 9:00 de la mañana del 11 de septiembre de 2001. Era un novato de la Terminal de Buses de la Autoridad Portuaria de Nueva York y Nueva Jersey y, según contó al diario El Tiempo, no supo de la tragedia hasta que vio las noticias a los pocos segundos del hecho y llamaron a su unidad por radio para atender a los heridos.

Para responder a la situación, su jefe, el sargento John McLoughlin, conformó un equipo de cuatro agentes para ingresar al edificio y ayudar a evacuar a los heridos. El oficial Dominick Pezzulo, Will Jimeno y Antonio Rodrigues entraron para buscar formas de llegar a los pisos altos, donde un avión había hecho un gran hoyo en el edificio.

Sin embargo, fue dentro del edificio que se enteraron que no se trataba de un accidente, sino de un atentado terrorista. Buscando unas escaleras para alcanzar los pisos superiores, escucharon una detonación: un segundo avión impactó la torre sur y provocó el colapso de la infraestructura.

Jimeno ha contado en diferentes espacios que al escuchar el estallido giró el rostro y vio una bola de fuego como una casa. El impacto generó un estruendo en las torres y los muros empezaron a caer sobre ellos. Se resguardaron en el ascensor y esperaron que pasara el atronador sonido que el barranquillero recuerda como “un millón de trenes” cayendo sobre él, según dijo a El Tiempo.

Tras el derrumbe, Jimeno quedó atrapado bajo un muro en su costado izquierdo. El calor de las rocas y las llamas calentaron el socavón en que se encontraban y provocó que su arma se disparara, según el diario The New York Times. Su compañero, Dominick Pezzulo trató de ayudarlo a salir, pero otro derrumbe lo sepultó a su lado. Solo seguía con vida él y el sargento McLoughlin.

Mientras esperaba la muerte, adoptando una posición para que su esposa supiera que fue su último pensamiento, tuvo una visión. Un hombre con una túnica y una botella de agua para calmar su sed lo animó a seguir luchando.

Más de 10 horas después llegaron los rescatistas y marines en la noche del 11 de septiembre. Tardó más de tres horas poder retirar el muro sobre sus piernas, aunque propuso ser amputado con tal de salir rápido de esa situación. Su sargento fue rescatado al día siguiente.

Aunque tuvo semanas de cirugías después del rescate y tardó dos años en aprender a caminar, según contó a El Tiempo; la recuperación más difícil fue la psicológica. De acuerdo con The New York Times, se enojaba con facilidad, sentía frustración por quienes no lograron sobrevivir y llegó a pensar incluso en el suicidio.

Contar la historia para el filme de Oliver Stone no fue fácil, pero desde allí empezó a reconocer que contar le hacía bien para afrontar el trauma que dejó el atentado terrorista. Ahora participa de charlas y eventos para inspirar a otras personas a continuar. “Una de las cosas que aprendí, es a no rendirme nunca”, ha dicho.

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